#El" #Anillo" #Maldito" de La #DUQUESA"
la maldición lanzada sobre la pareja de AlfonsoXII de Borbón y Maria de las Mercedes por la Condesa de Castiglione no es tan conocida y añade un tinte más dramático aún a esta historia de leyenda
Siguiendo la costumbre de la época, Alfonso había elegido una prometida con la que casarse entre las lista de jóvenes aristócratas y princesas de su ámbito relacional, al tiempo que mantenía varias amantes. Aunque la joven María de las Mercedes no era la candidata ideal para su madre, la reina Isabel II, los jóvenes terminaron casándose el 23 de enero de 1878 en la basílica de Atocha. Al enterarse la condesa de Castiglione y ver finalizada lahistoria de amor y pasión que tenía con Alfonso, decidió vengarse enviándoles un envenenado regalo de boda: un misterioso y bello ópalo que mandó maldecir y engastar en un anillo de oro.
El anillo maldito de Alfonso XII
Los jóvenes recibieron el regalo de la Condesa de muy buen grado, especialmente Mercedes quien conminó a su esposo a aceptar el regalo y pronto comenzó a lucirlo en su mano. Una maldición caía sobre el matrimonio, dos jóvenes ya de por sí supersticiosos y con una historia de premoniciones y profecías detrás. A ella, aMaría de las Mercedes, le había leído la mano una gitana en Sevilla anunciándole que se casaría con un rey, para después salir huyendo al quedar asustada por el resto de presagios que veía en el futuro
EL ÓPALO MALDITO DE LA CASTIGLIONE
UN REGALO DE BODA ENVENENADO
La Leyenda del Anillo Maldito de Alfonso XII
Es conocida la historia del famoso anillo de oro guarnecido con un ópalo de extraordinaria belleza que fue, el 23 de enero de 1878, regalado por la más famosa de las cortesanas de entonces al rey Alfonso XII de España y a su flamante esposa y prima-hermana María de las Mercedes de Orléans. Y que, dicha joya, llevó consigo todo un rosario de muertes en el seno de la Familia Real Española.
La célebre cortesana era Virginia Oldoini, Condesa de Castiglione (1837-1899), apodada 'La Perla de Italia', aristócrata italiana, ex amante oficial del derrocado emperador Napoleón III de los Franceses, y cuya extraordinaria belleza había ensombrecido a la emperatriz Eugenia. Se supone que 'La Castiglione' también acogió entre sus brazos a un joven pimpollo que, a la postre, acabaría ciñendo la corona española en 1874 con el ordinal de Alfonso XII. Por aquella época (1874), la hermosa y tenebrosa italiana estaba al borde de la cuarentena y su supuesto amante tan solo tenía 17 años. El caso es que no se sabe a ciencia cierta si realmente hubo amor, pasión y sexo entre estos dos personajes de edades tan dispares, pero la leyenda se encarga de afirmarlo. Solo debemos tener en cuenta que la condesa era madre de un niño desde 1855 y que Alfonso de Borbón nació en 1857.
A raíz de esa supuesta liaison entre el flamante monarca español y la condesa, teñida de pasión, la leyenda afirma que ésta albergaba mantener al rey en sus redes, pero que éste se escabulló para enamorarse de una prima-hermana suya con la que, finalmente, conseguiría casarse. El disgusto para la condesa fue, siempre supuestamente, tremendo. Tanta fue su ira que, a modo de regalo de bodas, envió a Alfonso XII y a María de las Mercedes un rico anillo de oro en el que iba engarzado un bellísimo ópalo, no sin haberlo previamente maldecido.
El caso es que la reina María de las Mercedes encontró el anillo muy de su gusto y, sin dudarlo un instante, se lo puso. Cinco meses después, fallecía la joven reina víctima del tifus, a sus recién cumplidos 18 años. Primera víctima del ópalo maldito.
Alfonso XII, en medio de su desolación, cedió supuestamente el anillo de su difunta esposa a su abuela, la reinaMaría-Cristina de Borbón-Dos-Sicilias, viuda de Fernando VII y madre de Isabel II, que también apreció la joya y se la puso. Dicho sea de paso, se sabe con certeza que la relación entre ella y su nieto era casi inexistente por no decir mala. Escasos dos meses después, la vieja reina-madre fallecía el 22 de agosto de 1878 en su residencia francesa de Sainte-Adresse. Segunda víctima.
La joya cae entonces en manos de la encaprichada princesa María-Cristina Francisca de Orléans, cuñada del rey y barajada como la nueva y futura real consorte española. Fallece el 28 de abril de 1879, también de tuberculosis. Tercera víctima.
Sigue el baile macabro del anillo maldito, que acaba en manos de la Infanta María del Pilar, hermana menor de Alfonso XII. También muere en extrañas circunstancias un 5 de agosto de 1879, mientras veraneaba en el balneario guipuzcoano de Escoriaza (supuestamente de meningitis tuberculosa). Cuarta víctima.
Ante tal cúmulo de muertes, Alfonso XII guarda para si el anillo, opta por ponerse la joya al dedo y, oh desgracia tardía, también estira la pata el 25 de noviembre de 1885, víctima de la letal tuberculosis; todo hay que decirlo, 6 años después de la muerte de su hermana Pilar. Ese pequeño respiro que le da la maldita joya, le brinda la oportunidad de poder contraer matrimonio con la ArchiduquesaMaría-Cristina de Austria-Lorena, tener 2 infantitas y un proyecto de rey en curso que no verá nacer. He aquí la quinta y última víctima del ópalo de la Castiglione.
La viuda del rey, María-Cristina de Austria, convertida en reina-regente de España sin saber a ciencia cierta si parirá varón o hembra que suceda en el trono a su difunto marido, se deshará del anillo que tantos estragos ha causado en la familia real. Previamente bendecido, el ópalo es reconvertido en colgante y ofrecido a Nª.Sra. de La Almudena. La joya desaparece misteriosamente después
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